Cuando llegamos al final de los estudios de traducción, es siempre difícil elegir entre ser traductor independiente o traductor para una agencia de traducción. Las preguntas difieren y las respuestas no son, por lo general, muy claras…
EL TRABAJO EN AGENCIA DE TRADUCCIÓN
Elegir la agencia de traducción en lugar de ser traductor freelance no es malo, especialmente cuando se empieza, ya que esto nos permite ver el potencial que tenemos como traductor, y también para adquirir experiencia para empezar cómo autónomo. Una agencia de traducción es generalmente un buen inicio después los estudios, además es la opción que toman muchos traductores recién salidos de la escuela.
En agencia, los traductores trabajan juntos, generalmente entre 2 o 3, las agencias distribuyen en función del tipo de traducción (técnico, literario, científico…), pero también según la lengua, no todas proponen las mismas lenguas, ni los mismos servicios. En agencia hay mucha competencia por lo que es difícil hacerse un hueco… Cuanto mejor sea nuestro nivel de lengua y los conocimientos en el ámbito más se nos reconocerá. Antes de la llegada de Internet, las agencias tenían una reputación según la cantidad de empleados que tenían, hoy, la manera de trabajar ha cambiado y los instrumentos no son los mismos, los tipos de clientes cambian. Las agencias no solo traducen documentos, sino que también pueden gestionar docenas o incluso centenares de traductores autónomos.
EL TRADUCTOR FREELANCE
Elegir ser autónomo es un gran paso en el mundo laboral, ya que tienes que crear tu propio negocio y diferenciarte de la competencia, manteniendo tu mente creativa… Es necesario atreverte a pensar en grande porque cuando un traductor se lanza de manera autónoma, no debe limitarse a un ámbito ni a una única lengua porque si no sus servicios serán pocos y su empresa corre el riesgo de no funcionar bien. Cuando somos traductores freelance, es necesario tener contactos entre traductores, o asociaciones de traductores, la como ASETRAD (Asociación Española de Traductores, Correctores e Intérpretes). Por lo que se refiere al salario, los traductores freelance son más libres, a contrario de los traductores en agencia. En efecto, el traductor freelance solo tiene unos pocos impuestos y otros gastos, pero por lo demás todo es suyo, además, elige sus contratos y puede aceptar todo lo que quiera mientras sepa gestionar su tiempo de trabajo y su tiempo libre. La mayoría de los traductores autónomos trabaja en casa y tienen la posibilidad de entrar en contacto con algunas plataformas para freelances, lo que requiere disciplina y mucha organización. Los traductores pueden tener menos experiencia con los programas de TAO (Traducción Asistida por Ordenador), lo que les supone un retraso con respecto al traductor en agencia.
En resumen, tanto si se opta por ser traductor freelance o traductor en agencia, el trabajo es el mismo. La diferencia está en las condiciones de trabajo. El traductor freelance lucha para que su empresa funcione mientras que, en agencia, el traductor es un simple empleado, por lo que la implicación y la pasión por el trabajo no es la misma.