Pour toujours, les mots avec nous.
En la escuela me enseñaron a escribir. Dibujar se me daba menos bien. Pero lo hacía. Me dijeron que me inventara historias, que escribiera cuentos. Lo hice. Los ilustraba de algunos dibujitos, a mi manera. Continué escribiendo. A veces para algún periódico. Crónicas, pequeños artículos humildes, mi pluma susurrando palabras sobre la vida misma. Escribir esta vida que hoy se ha ensuciado. Dibujar una vida que no es la que hemos soñado. Me enseñaron a escribir para ser libre, también. Para expresarme, siempre con respeto, evidentemente, pero escribir, siempre, porque es lo que el corazón nos dice. Y el corazón siempre tiene razón.
Dejemos libres nuestras plumas y nuestros lápices. Para siempre. Para siempre una vida mejor aún, una vida más dulce para nuestros hijos.
Para siempre, las palabras con nosotros.
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(Apoyo a la libertad de prensa)