Palma de Mallorca es una bonita capital en pleno Mar Mediterráneo. Palma, de aproximadamente 400 000 habitantes es una agradable ciudad de tamaño medio cargada de historia y eso se ve con un simple paseo. No hace falta ni que lo escriba, si vais os daréis rápidamente cuenta.
Palma es la capital de la isla de Mallorca pero también es la capital de las Islas Baleares. Aunque bueno, como estamos separados por el mar, los menorquines y los ibicencos vamos más bien poco. Nunca os he hablado del sentimiento de ser «insular», tendré un día que disertar sobre ello.
Por razones profesionales, he pasado tres días en Palma, en el centro de la ciudad. Luego, cogí coche y recorrí la preciosa y magnífica Serra de Tramuntana (Patrimonio Mundial de la Unesco). Pero hoy os quiero hablar de Palma.
Palma de los turistas
Ya conocía Palma, pero no suficientemente bien. Esta vez, tuve la oportunidad de pasearme por las bonitas callejuelas, pude darme cuenta de la importancia que esa ciudad tuvo siglos atrás gracias a su estratégica situación en el Mare Nostrum. A finales de julio y como no puede ser de otra forma, Palma está repleta de turistas. Creo que se oyen todos los acentos menos el mallorquín. Y por asombroso que parezca, por esas callejuelas se puede pasear tranquilamente. Eso sí, mejor por la sombra. EN cambio, en las grandes avenidas, hay mucha más gente y a veces es complicado encontrar un lugar en las terrazas de los bares. Me puse en la piel de un turista y pensé que Palma debe de ser un Eldorado para los amantes del shopping : ¡hay tiendas en todas partes!
Palma de los autóctonos
Y la verdad es que, claro, yo estaba a medio camino entre el turista y el autóctono. Tuve la ocasión de compartir algunos momentos con gente de Palma : mi primo y antiguos compañeros de trabajo de mi época en Bruselas ante la Unión Europea. Con unas aceitunitas y un shandy, me di cuenta de que los palmesanos huyen de la ciudad en julio y en agosto. Aunque no tengan vacaciones, intentan irse, después del trabajo, a sus casas de verano, a orillas del mar. Sí, sí, en las islas, somos capaces de tener una casa de verano que esté muy muy muy muy cerca del mar, cuando en realidad, siempre estamos muy cerca del mar ! Pero creedme, la noción que tenemos de la distancia es distinta q la que tienen los continentales.
¿Y si os contara mis dos barrios preferidos?
La Llotja-Born : cerca de la Catedral, conocida también como La Seu y segundo edificio religioso más grande de España. Imponente, magnífica, preciosa, y sobre el mar! Es Portitxol-Es Molinar : la prolongación de la playa de Palma. Ese barrio se alza en el lugar del antiguo puerto de pescadores y guarda aún todo su encanto. Al atardecer, la gente se pasea tranquilamente antes de pararse a tomar una copa o a comer algo de pescadito en alguno de los muchos restaurantes.