Blanco. Blanco. Blanco. Y más blanco. Es conocida como la isla blanca y azul. El azul del mar y el blanco de las casas pintadas de cal.
Vestir de blanco. Respirar la pureza. Desde lo alto de la cumbre de Menorca, divisar los pueblos. Vistas panorámicas. A lo lejos, el mar.
Un paseo dominical en familia. Una montaña y un santuario. Relax. Mientras espera impaciente la llegada de PapaGuiri, la princesita corre, porque no anda, corre.
Y con ese magnífico escenario blanco, tuvimos tiempo de jugar, de reirnos, de hacer una sesión de fotos. ¡Una feliz mañana de domingo en familia!