Estoy en la blogosfera desde hace ya un tiempecito.
Y no me acuerdo de haber oído hablar, cuando yo empecé (2008) de términos como “línea editorial” y “planning / calendario editorial”, para no hablar de otras nociones como “content marketing” o “estrategias de contenido” que se refieren más bien a blogs profesionales o al contenido de empresas.
Aunque Les mots de Marguerite tenga algo que ver con mi oficio, no lo considero un blog profesional.
Echemos la vista atrás
Cuando abrí este blog estaba trabajando como Responsable editorial de contenidos online (2007) para una start-up francesa. Eran los inicios del Web 2.0 y en Europa las profesiones de community manager y todo lo que tiene que ver con social média no eran aun demasiado conocidas. Facebook dio el salto al público en 2006 y necesitó un poquito de tiempo antes de cruzar el charco. Las empresas también necesitaron tiempo para adaptar sus empleos y rendirse ante la evidente importancia que estaba cogiendo la comunicación vía Internet, tanto para su imagen como para su rentabilidad. Y es que un responsable editorial en 2007 también ocupaba algunas de las actuales funciones de los community manager, sobre todo con la gestión de los foros, supervisión de contenidos, etc.
Ser siempre los mejores
Todo eso para deciros que sigo el mundillo de la blogosfera desde hace ya un tiempo. Y me he dado cuenta de que desde hace dos años (aproximadamente) los blogs que hasta el momento considerábamos como personales, se están queriendo profesionalizar. Y no me refiero a la monetización de los blogs, etc., hablo más bien de las estrategias que cualquier bloguero de a pie estamos intentando instaurar para llegar a más gente, más lejos y subir en los rankings.
Y no es que sea algo malo, no. Más bien demuestra que como seres humanos queremos avanzar, aprender, tirar para adelante y vivir acorde a los tiempos que corren. Demuestra también que sabemos adaptarnos y que queremos ser competitivos.
No tener calendario editorial
Pero yo no consigo plegarme a todas esas condiciones. Por ejemplo, no consigo tener un calendario editorial. Nunca he podido. Antes porque apenas sabía lo que era, excepto para los blogs muy especializados: moda, belleza, niños… pero no para esos blogs que ahora llamamos «Lifestyle», término muy amplio en el que caben tantos aspectos de la vida, una verdadera caverna de Alibaba…
Como blog lifestyle, escribo en función de lo que me apetece, del humor del momento, de mis experiencias, de mi día a día, de mis actividades. Es para mí algo muy complicado saber con antelación qué tema me gustará tratar el día N+2 o el día N+4… Imposible. Y eso que en épocas de vacaciones he intentado programar mis artículos. Pero se me hace difícil. Mi escritura es algo improvisada, una improvisación pensada pero improvisación.
No soy, pues, una bloguera organizada. Todos esos cuadernos que existen para anotar calendarios con los temas de los artículos y las fechas no son para mí. Cierto es que suelo tener un post-it pegado en mi agenda (de papel) con ideas de temas aunque muchos de ellos no verán nunca la luz. Las herramientas de organización y calendarios editoriales los dejo para mi ámbito profesional, para las tareas que debo realizar para mis clientes y para los posts a publicar a nombre de sus empresas… para eso sí, para eso tengo un calendario editorial.
Pero mi tarrito de caramelos funciona de otra forma. Es como ir al mercado y decidir el menú del día en función de los productos frescos que venden en los puestos…
¿Y vosotros, lleváis a rajatabla un calendario editorial o sois más bien de escritura improvisada?