El bilingüismo no quita nada a los modales. El bilingüismo en los niños va de la mano del respeto hacia los demás. Un niño bilingüe no es ni más ni menos educado y/o respetuoso que un niño monolingüe. Y sus familias, tampoco.
En otras ocasiones ya hemos visto los diferentes métodos utilizados por las familias que crían a niños en un entorno bilingüe, trilingüe, multilingüe. Cada familia escoge el método que más le conviene. Y sin lugar a dudas, ese es el método que mejor les irá. Lo que quiero decir es que cada familia debe hacerlo como mejor le parezca, tienen que sentirse a gusto y cómodos con su elección. Si digo « tienen » y utilizo el plural es porque se trata de una historia de familia, de un asunto a discutir entre todos puesto que las opiniones y las actitudes de todos los miembros de la familia cuentan. Además, cada situación es única y cada caso distinto. Recordemos, antes de avanzar en el artículo, cuáles son los métodos más utilizados para este tipo de adquisición (para un niño que crece en un entorno y en una familia bilingüe se habla de adquisición y no de aprendizaje) de una segunda o tercera lengua en el ámbito doméstico :
⇒ El método de una persona, una lengua (más conocido bajo el acrónimo inglés OPOL –one person one language);
⇒ El método de un lugar, una lengua;
⇒ El método en el que la lengua minoritaria se habla exclusivamente en casa;
⇒ El método que asocia una lengua a una actividad.
Con PrincesaThelma, usamos el método OPOL y también un poco de una actividad, una lengua para la adquisición de la lengua castellana que, de momento, ella relaciona con los momentos de juego con mamá, a los libros, a la música y a los dibujos animados.
Si hoy quiero hablar de la relación que mantienen el bilingüismo y los modales es porque en muchas ocasiones, la gente se interroga sobre el hecho (sobre todo cuando las familias usan el método OPOL) de si se es educado o no cuando hablamos una lengua extranjera delante de terceras personas que no la entienden. Y justamente, en el Podcast sobre las familias trilingües, una oyente reaccionó a este factor.
Los modales y lo que se llama « ser educado o no » son para mí muy importantes. Así me lo enseñaron. Incluso, si mando un SMS y la gente no me contesta, casi me parece de mala educación, pienso que siempre hay que encontrar tiempo para los pequeños detalles. Eso, simplemente para deciros que sí cuido de los modales, de la educación, de las pequeñas atenciones. Sin embargo, no considero, por ejemplo, que tratar de usted a una persona muestre que soy más educada. Se puede tutear (si así es nuestra costumbre) tratando a la persona con mucho respeto. Pero eso, sea seguramente porque soy española. Porque la educación y los modales tienen huellas y características culturales muy propias a cada país, a cada cultura. Y ese es un punto que no se puede nunca olvidar, nunca nunca. Y es que el bilingüismo está íntimamente relacionado con los orígenes culturales de los hablantes.
Por eso pienso que hablar, siempre, la lengua materna a sus hijos no es ninguna muestra de mala educación. De momento, no hemos tenido problema alguno. Y sé que muchas más familias están en nuestra misma situación. Fue de manera natural que, cuando mi hija estaba en mi vientre, le hablé todo el rato en mi lengua, convirtiéndose así en la suya. Nunca he tenido ningún problema, cualquiera que sea el contexto y las personas presentes. Quizá deba sentirme agradecida por las personas que me rodean, no lo sé, pero tengo la sensación de que todo el mundo ha entendido muy bien nuestra forma de actuar.
¿Cómo lo hacemos para hablar nuestra lengua materna y ser educadas?
Sin muchos esfuerzos, la verdad. Somos naturales. Cuando soy yo la que le hablo a ella, luego añado en francés « acabo de decirle que… » y hago la traducción, mirando a las otras personas. Y eso funciona, así de simple. Imagino que esta es una prueba tangible y sonora (si así lo puedo decir) de nuestros modales y nuestra “buena” educación. Cuando es PrincesaThelma quien se dirige a mí, siempre lo hace en catalán aunque haya francófonos presentes. Lo que suelo hacer es decir en francés “ah sí, ella quiere/dice/hace” o una frase de este tipo mirando siempre a la gente, lo que hace oficio de traducción. Si su padre está presente hay menos problemas aún puesto que nuestra pequeña “traductora” hace todo el trabajo: me habla a mí, me dice lo que quiere y enseguida se dirige a su padre y le dice lo mismo en francés. ¡Y así, todo el mundo lo entiende!
Si actuamos así es porque en el (nuestro) caso de bilingüismo precoz simultáneo siempre hay una (o varias) lenguas minoritarias. Mi lengua materna es una lengua minoritaria en Francia, en nuestro entorno. Es por ello que debo intensificar los esfuerzos y hacer que la adquisición de la(s) lengua(s) se haga de manera natural y alegre.
¿Cuáles son vuestras experiencias? ¿Cómo gestionáis este asunto de modales y bilingüismo? ¿Creéis que hay que hablar, obligatoriamente, la lengua común de las personas presentes?