Bilingüismo

¿Libros en francés para mi bebé bilingüe? ¡No, gracias!

lengua materna minoritaria

Tener niños bilingües, mejor dicho, tener niños bilingües en construcción provoca, a veces, situaciones divertidas o extrañas, depende de cómo se vea.

El otro día, vino una amiga a dormir a casa con sus dos niñitas de 2 años y medio y 4 años y medio (¡atención, los medios son importantes!). A la hora de acostar a las crías, mi amiga me preguntó que si tenía libros para leer a sus niñas. Le dije que sí, le indiqué donde se encontraban para que se sirviera… En ese mismo momento, yo estaba con la Princesita, también acostándola. De repente, oigo a mi amiga “¡¿pero, pero… si casi no tienes libros en francés?!”, sonreí y pensé, ya está, ya me estoy confrontando a una de las primeras situaciones típicas de cuando crías a niños bilingües. Le expliqué que yo tenía el deber de dar prioridad al catalán y al español puesto que la Princesita oye hablar todo el día (o casi) en francés.

¿Por qué, pues, ese título un tanto provocador?

Antes que nada, me gusta recordar que en esas historias de bilingüismo cada caso es único y que hay tantas situaciones como familias existen.

La lengua del país donde vivimos, el francés, es también una de las lenguas maternas de la Princesita ya que, recordémoslo, lengua materna no significa “lengua de la madre”. Para la niña, el francés es la lengua del padre y una de sus lenguas maternas. En los casos, pues, en que un niño vive en un contexto social y familiar en el que únicamente una de las dos lenguas que está adquiriendo es minoritaria, es esa la que se tendrá que valorizar. Y es que la lengua del país es la lengua a la que el bebé está más expuesto y por consiguiente, se necesita trabajar menos.

Un proyecto de familia

Valorizar esa lengua materna minoritaria requiere de un trabajo en familia. Todo el mundo tiene que estar de acuerdo. No simplemente la familia, sino también los abuelos, los tíos e incluso la gente que nos rodea (vecinos, maestros, amigos, etc.). Y no siempre es fácil. Bueno, se supone que con el papá (o mamá, depende de los casos) sí, de no ser así estaríamos hablando de problemas entre los progenitores.

A veces, cuando, como madre, eres la única a transmitir un idioma, te puedes sentir un poco sola. Es por eso que cuando oigo pronunciar al papá algunas palabritas en catalán (¡sí, sí, de vez en cuando ocurre!), me alegro, se me dibuja una sonrisa y me siento acompañada (aunque sea por unos pocos instantes) en ese combate por el bilingüismo. En cambio, también ocurren a veces situaciones que me gustan menos. Como cuando Princesita pronuncia una mini-frase y que alguien cree haber oído esa mini-frase en francés y retoma esas palabras asociándolas al francés, cuando en realidad la niña ha hablado en catalán. Eso es menos bueno, menos productivo para la Princesita que como bebé está asentando las bases de su lenguaje ya que ella puede pensar que lo que ha dicho corresponde al francés, después de que sus palabras hayan así sido interpretadas. Me diréis que se trata de pequeños matices, sí, pero esos matices son importantes para un bebé bilingüe en construcción.

La balanza de las lenguas maternas

Para que un bebé que se cría en un contexto de lengua materna minoritaria alcance el equilibrio entre los dos/tres idiomas, se tiene que trabajar duro para exponer al máximo el bebé a esa lengua materna minoritaria. Para ello se deberán crear contextos y provocar situaciones. Y es por ello que en nuestro hogar hay más libros en catalán y en español que en francés, más CD en catalán y en español que en francés, más DVD en catalán y en español que en francés… ¡porque al francés está expuesta todo el día!

La balanza debe alcanzar un equilibrio. Así pues, comprenderéis que haya más trabajo que hacer con la lengua materna minoritaria que con la lengua materna más fuerte.

Lifestyle

Cambio de diseño para el blog

blog les mots de marguerite

No os podéis imaginar hasta qué punto me siento hoy contenta de poder ofreceros este nuevo diseño. Estoy contenta cuando veo el camino que este pequeño blog ha recorrido desde sus inicios. Sola en la habitación parisina de un bonito piso hausmaniano, cuando los primeros rayos de sol de 2008 empezaban a cosquillear. Un primer blog que abrí en overblog para poder escribir textos literarios, pensamientos, temas de actualidad. Poco a poco, el blog empezó a coger confianza, a mi imagen, supongo. Encuentros virtuales. Sonrisas compartidas. Ganas de ir más lejos. Pero también hemos conocido periodos de crisis, cuando desbordada por un trabajo nada satisfactorio, no tenía tiempo ni para escribir cuatro líneas, para acudir aquí, a mi “hogar estable” como digo en el apartado Sobre mí… Y de repente, un día, este blog creció. Y se mudó a wordpress.com. Cambio de plataforma, cambio de estatuto, por fín me convertí en freelance, me convertí también en nantesa, aprendí a juguetear con los diseños, a hacer algunos apaños simpáticos, a mi guisa, autodidacta, como buenamente podía.

Pero a ella siempre la tenía en mente. De vez en cuando nos decíamos hola, algún que otro email, algunos Me gusta. Lo tenía muy claro. Sabía que en cuanto tuviera los medios para hacerlo, sería a ella a quien le confiaría mi tarrito de caramelos, mi blog, mi “hogar estable”. Hace pues algunos meses, en septiembre 2014 le propuse diseñar, crear y trabajar para mi blog. Aceptó. Ha habido tiempo para todo. Nos reimos. Enseguida captó lo que quería, lo que yo imaginaba para mi blog, mis colores… Ella se llama May, del blog Vie de Miettes, la dulce May, la hada, la maga del diseño. Y así lo ha hecho. Ha cosido y recosido. Ha inventado, integrado… Yo he escrito y reescrito, imaginado los apartados y subapartados. Nos peleamos con las categorías. Todo eso para ofreceros un blog limpio, con mejores prestaciones, más ergonómico también. Novedades hay bastantes, os las dejo descubrir. Pero quizá una de las más importantes sea que de ahora en adelante, Les mots de Marguerite es un blog multilingüe. Arriba a la derecha encontraréis dos botones para elegir si queréis leer en francés o en español. Antes de dejaros, quisiera también dedicar unas palabras a mi tío Damià que como buen fotógrafo profesional que es ha realizado estas fotos de mí… (¡eso también es una novedad!). Una pequeña sesión bien divertida entre dos trozos de turrón… por cierto, también fue él quien nos hizo nuestras fotos de boda, que podéis ver por aquí!

Y ya nada más que añadir. El blog retoma pues su vida normal. Besos para todos, es siempre un placer para mí compartir con vosotros mis palabras, les “mots” (en francés) de Marguerite! (Margarida en la vida real!)

¡Gracias mil May, gracias “concu” Damià, gracias Arnaud alias ChériGuiri, … gracias a todos, lectores y lectoras!

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Unos días de pausa

les mots de marguerite

Soñar, siempre. Volar más lejos, también. Sonreir y creer en esa sonrisa. Dar pasitos. Vínculos que se crean. Vidas. Proyectos. Saborear suavemente y amarse en cada instante. Seducir las palabras, eso, sobre todo.

Estas son algunas de las cositas que este blog me aporta desde hace ya 6 años. Sueños y realidades que evolucionan al mismo tiempo que mi vida y mis ilusiones.

Pero unos días de pausa se imponen, para volver mejor, más guapos, más fuertes.

Manos delicadas están trabajando con mucho entusiasmo y mucho amor en una sorpresa que estamos preparando desde hace ya algunos meses. Porque la paciencia es una gran virtud.

Gracias por seguir ahí, por seguir las palabras, las palabras de Les mots de Marguerite.

Si os apetece, podéis seguir la página facebook del blog.

Nos vemos muy muy pronto.