Vivir en el extranjero

36 años, 18 que me fui… ¿y? #vivirenelextranjero

Nuestra estancia navideña en Menorca se acercaba rápidamente y así, de repente, tuve una revelación: ¡nunca había ido al cine allí! Y pensé que no era posible, que tenía que remediar a ello. Porque Menorca es el lugar que me vio nacer, donde crecí, donde vive tooooda mi familia, donde fui al cole, en fin, creo que Menorca es mi casa.

Vivir en el extranjero

Primeras veces en otros lugares

Ahora que tengo 36 años y con una adolescencia sobre todo marcada por mis estancias en Francia (donde besé por primera vez, donde fui a unos grandes almacenes por primera vez, donde me enamoré pensé estar enamorada por primera vez…), me doy cuenta de que hay un montón de cosas que nunca he hecho en Menorca, allí, en mi tierra. Esta historia de cine es, sin duda alguna, un detalle ínfimo pero que ha resultado despertar en mí un montón de sentimientos y de recuerdos.

CINE en español

Así pues, una de las primeras cosas que hice fue organizar una salida cine con un par de amigas (además, allí es tan fácil para mí dejar a PrincesaThelma y ChériGuiri aun no había llegado). La verdad es que casi casi me sentía emocionada al descubrir las salas de cine que existen ahora en Menorca (¡porque antes no había!). Vimos «Ocho apellidos catalanes» y me pasé el rato riéndome. Pero se ve que una vez no me bastó y en una bonita tarde de sol del día de Reyes, me fui sola a ver «Palmeras en la nieve». Dejé padre, madre, hija y marido y pasé tres horas maravillosas delante de la gran pantalla.

18 de 36

Todo eso me hizo pensar también en que justo hace 18 años que dejé Menorca y que a partir de ahora, la balanza va a inclinarse irremediablemente más hacia un lado que hacia el otro: más años vividos fuera (de los cuales casi 13 en el extranjero) que en Menorca.

Lo que nunca he hecho en mi tierra:

– Nunca he trabajado (los trabajos de verano no cuentan)
– Nunca he ido al banco para cosas «de adultos»: préstamos, inversiones, etc.
– Nunca he ido al ginecólogo
– Nunca he dado a luz (esto dos últimos puntos son importantes para una mujer!)
– Nunca he comprado una casa
– Nunca he comprado un coche
– Nunca he tenido mi propia tarjeta de seguridad social – (…)

Voilà, ese es el relato que empezó con una historia de cine pero que en el fondo me hizo tomar conciencia de que envejezco (¡noooo!!) y que como mucha otra gente que se ha ido a vivir al extranjero (y se han quedado por un tiempecito más bien largo) tenemos tendencia a guardar una imagen congelada de esa tierra nuestra que dejamos hace ya muchos años.
Lifestyle

¡Que el 2016 sea un año muy bello!

Cuatro de trescientos sesenta y seis. Cuatro primeras sonrisas, cuatro primeras canciones, besos, abrazos, ilusiones, esperanzas… el principio de una larga lista que os deseo a cada uno de vosotros y a vuestros seres queridos.

Que el amor esté omnipresente y que las sonrisas obnubilen cada tiempo gris y hagan brotar un campo lleno de flores.

Cojámonos las manos y cantemos en corro todas nuestras alegrías, de la más ínfima a la más gigante.

¡Todo eso y más aun para este 2016 recién nacido!

Feliz año 2016

 

Freelance

Ser capaz de hablar(escribir) sobre todo sin conocer todo: el traductor

Ser capaz de hablar(escribir) sobre todo sin conocer todo

Me dijeron un día. Cuando era joven. Más joven, quiero decir.
Y a lo largo del tiempo, de los años, a lo largo de las palabras también, asiento tranquilamente ante ese enunciado tratando de la traducción.

Y sonrío. En primer lugar porque me gusta sonreír (sonreír me produce más dulzura que reír, por eso me gusta sonreír) pero también porque a veces me resulta algo raro responder «de todo» a la pregunta de «¿qué cosas/temas traduces?»

Traductora freelance español francés c

Traductora freelance español francés cY continúo traduciendo. Interrogándome y perdiéndome en los meandros lingüísticos y contextuales de mis textos, de mis palabras, de mis frases. Artículos, palabras clave, fichas de productos, guías, informes institucionales, contratos, folletos informativos, posts y publicaciones de community management, novelas… Automóvil, prêt-à-porter, alimentos, historia, arquitectura, genealogía, calzado, turismo, cocina..

Y me gusta tratar con agencias de posicionamiento web, con instituciones públicas, con empresarios, con starts-up, con colectivos de CM, con editoriales, con gente de aquí y gente de allí.

Me gusta la no-rutina.

Y continúo traduciendo y escribiendo: «un traductor es el autor de un texto».

Me dijeron también un día. Otro día. Y sonrío, otra vez. Siempre.

Y me convierto en contadora de palabras. Cuento las palabras para contar historias. Sí, es así. Saber cuántas palabras caben en una página. Ese aspecto lo comparto con mi actividad de redactora.

A veces también refunfuño. Sí, y ahí ya no sonrío. Refunfuño por los plazos siempre cortos, demasiado cortos. Ese es uno de los mitos del traductor que bien podría pasar de mito a realidad. Pero bueno, digo, pero bueno…Porque en realidad me gusta. La elegí, lo elegí, la traducción, el oficio.

Porque traducir me produce esa satisfacción del incansable viajero. Aprendo. Siempre. Cada traducción me enseña algo. Un pedacito de encaje, un trocito de paraíso, un producto, un estilo de vida, una fragancia de perfume.

Traductora freelance español francés c
Y hoy he venido aquí para dejar esa palabras, porque sí. Simplemente, porque sí. Porque tenía algo de tiempo (antes de empezar un fin de semana que voy a pasar traduciendo) y me dije, pero bueno ma fille, ¡casi nunca hablas de tu oficio! Cierto es que ya he hablado de redacción, nunca de community management. Un día, quizá, o no. Dependerá del humor del día. No soy una bloguera de calendario pero sí soy una traductora con voluntad. Y je vous aime ♥

Margarida