¿Por qué no todos los idiomas son percibidos de la misma forma?
¿Por qué hablar inglés es cool y hablar algún dialecto árabe no tanto?
Desde hace algunos años vengo observando que el bilingüismo familiar no es percibido igual según las lenguas que se manejen.
Si las lenguas de por sí ya tienen casi siempre un estatus social, cuando se trata de bilingüismo las cosas no cambian.
La desigualdad social de las lenguas
Así pues, vemos por todas partes florecer miles de proyectos que tienen el bilingüismo como reclamo, sobre todo en la esfera educativa pero también en los negocios y en las relaciones laborales. Si nos fijamos bien, estos proyectos tienen por bandera lenguas de élite como pueden ser el inglés, el español, el francés y ahora también el chino mandarín.
Tratándose de proyectos casi siempre privados y de la libertad de elección de cada ciudadano a la hora de trazar el camino de su vida, pocas cosas se pueden añadir si no es decir que es el reflejo de una realidad social que sigue dividida en estratos.
Pero lo que más me disgusta es el trato que se da a ciertos bilingüismos familiares.
La importancia del entorno: respeto y tolerancia lingüística
Nuestro trilingüismo familiar francés-español-catalán está bien visto. Siempre me dicen que es una riqueza para la niña, que qué bien que haya nacido con estas tres lenguas.
En cambio, otras familias no corren la misma suerte. Otras familias que tienen el turco y el francés, por ejemplo, tienen que oír y aguantar comentarios despectivos. ¿Por qué? me pregunto yo… ¿Por qué?
Ocurre muchas veces en espacios públicos y también en centros escolares.
Ocurre que digan a padres y madres de lenguas vistas como inferiores que dejen de hablar dicho idioma a sus hijos para no perjudicar sus aprendizajes.
Ocurre que miren con cara de desprecio a estos padres y madres que hablan una lengua vista como inferior mientras están en el parque jugando con sus hijos.
Esto ocurre.
Y esas cosas no se pueden decir así como así; a no ser que se tengan argumentos sólidos de expertos (logopedas, psicólogos, médicos…).
Esas cosas no se pueden decir a la ligera porque la importancia de la transmisión cultural es muy alta en la construcción y desarrollo de un niño. Y la cultura pasa por la lengua.
Un niño no puede verse privado de su lengua materna. Privar a un niño y, por ende, a unos padres de su lengua materna es como pintarse el corazón de otro color. El corazón seguirá siendo corazón y hará sus funciones pero con un velo que no deja ver las cosas de la misma forma.
Queda todavía mucha pedagogía por hacer en cuanto a la diversidad lingüística y a la importancia de la lengua materna.