Bilingüismo

Papá, no es a ti a quien hablo

familias bilingües, experiencias

A unos pocos días para que que PrincesaThelma cumpla 3 años, me estoy dando cuenta de que algo está cambiando en nuestra aventura de familia trilingüe.

Hace algo menos de un mes, mientras estábamos regresando a casa, en el coche, nuestra parlanchina de turno, tranquilamente instalada en su silla de coche, se puso a hablar. Hasta ahí, todo normal, lógico, porque hablar, habla y mucho. Se puso a hablar en catalán. Su padre, al volante, entendió lo que la niña decía y le contestó, en francés, evidentemente. Y fue ahí, cuando la renacuaja, con su vocecita saltó con un :

« Papá, no es a ti a quien hablo. Hablo a mamá »

Silencio en el coche. Atónitos y sorprendidos, ChériGuiri y yo nos miramos de reojo y yo sonreí, me reí. Y seguimos hablando con toda normalidad, como si nada hubiera ocurrido. Yo seguí la conversación con la niña pero ChériGuiri también dijo lo que tenía que decir. Y la cría no insistió más en que si hablaba a uno o a otro.

Pero fue en ese momento cuando entendí que algo del bilingüismo instalado en nuestra familia estaba evolucionando.

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Hasta ahora, PrincesaThelma tenía consciencia de hablar varias lenguas. Pero no ha sido hasta ahora, casi con tres años que ha realmente comprendido que su padre habla una lengua llamada francés, que su madre habla otra cosa llamada catalán (o menorquín, como queráis) y por lo que se refiere al castellano (o español, como queráis) pues no sé, la verdad es que cuando surge, la cría coloca algunas palabras castellanas por aquí y por allí.

Unos días después de la escena del coche, ella y yo marchamos a Menorca. Y ahí tuve de nuevo la ocasión de darme cuenta de que ya es plenamente consiente de su bilingüismo. A mi padre le gusta juguetear con su nieta y le dice palabras en francés (no es que él lo hable pero de tanto oírnos pues ya ha pillado un par o tres de cosillas) pero ella enseguida salta (en catalán) y le dice « no, l’avi, tu no dices eso».

Vigilando la evolución

A veces me entra un poco de miedo (un poquillo, no mucho, ¡no vayáis a pensar!) de que la situación descarrile y que la niña se aproveche de ello. Espero que no. Por ahora, PrincesaThelma es una cría que hace uso del juicio. Ya ha comprendido, también, que yo hablo las tres lenguas. Estoy ahora «vigilando» la situación y de momento seguimos con la misma estrategia: con su padre habla francés, conmigo catalán y cuando estamos los tres, ella pasa de una lengua a otra a la velocidad de la luz, yo sigo con mi idioma y su padre con el suyo. De momento, nos entendemos….

De una lengua a otra y me vuelvo loca

Sí, también me he dado cuenta, desde ese « Papá, no es a ti a quien hablo » que en realidad, en casa y cuando estamos los tres juntos, la niña lo dice todo sistemáticamente en los dos idiomas. Se traduce a ella misma y eso me alegra un montón pero hay momentos en que tengo la sensación que mi cabeza va a explotar de oír millones de veces la misma cosa. Ya se sabe que los niños suelen repetir muchas veces la misma frase, palabra… pues ya ni os cuento si encima lo repite en versión doblada! Si, por casualidad, su padre tarda un poco en contestar, no puedo dejar de espetarle un «¡pero conteeeeeeeesta ! »

Pues ahí estamos, por ahora, en nuestra aventura de familia multilingüe, prometo volver pronto con más experiencias...
Bilingüismo

Niños, bilingüismo y modales

El bilingüismo no quita nada a los modales. El bilingüismo en los niños va de la mano del respeto hacia los demás. Un niño bilingüe no es ni más ni menos educado y/o respetuoso que un niño monolingüe. Y sus familias, tampoco.
niños bilingüisme y modales

En otras ocasiones ya hemos visto los diferentes métodos utilizados por las familias que crían a niños en un entorno bilingüe, trilingüe, multilingüe. Cada familia escoge el método que más le conviene. Y sin lugar a dudas, ese es el método que mejor les irá. Lo que quiero decir es que cada familia debe hacerlo como mejor le parezca, tienen que sentirse a gusto y cómodos con su elección. Si digo « tienen » y utilizo el plural es porque se trata de una historia de familia, de un asunto a discutir entre todos puesto que las opiniones y las actitudes de todos los miembros de la familia cuentan. Además, cada situación es única y cada caso distinto. Recordemos, antes de avanzar en el artículo, cuáles son los métodos más utilizados para este tipo de adquisición (para un niño que crece en un entorno y en una familia bilingüe se habla de adquisición y no de aprendizaje) de una segunda o tercera lengua en el ámbito doméstico :

El método de una persona, una lengua (más conocido bajo el acrónimo inglés OPOL –one person one language);
El método de un lugar, una lengua;
El método en el que la lengua minoritaria se habla exclusivamente en casa;
El método que asocia una lengua a una actividad.

Con PrincesaThelma, usamos el método OPOL y también un poco de una actividad, una lengua para la adquisición de la lengua castellana que, de momento, ella relaciona con los momentos de juego con mamá, a los libros, a la música y a los dibujos animados.

Si hoy quiero hablar de la relación que mantienen el bilingüismo y los modales es porque en muchas ocasiones, la gente se interroga sobre el hecho (sobre todo cuando las familias usan el método OPOL) de si se es educado o no cuando hablamos una lengua extranjera delante de terceras personas que no la entienden. Y justamente, en el Podcast sobre las familias trilingües, una oyente reaccionó a este factor.

Los modales y lo que se llama « ser educado o no » son para mí muy importantes. Así me lo enseñaron. Incluso, si mando un SMS y la gente no me contesta, casi me parece de mala educación, pienso que siempre hay que encontrar tiempo para los pequeños detalles. Eso, simplemente para deciros que sí cuido de los modales, de la educación, de las pequeñas atenciones. Sin embargo, no considero, por ejemplo, que tratar de usted a una persona muestre que soy más educada. Se puede tutear (si así es nuestra costumbre) tratando a la persona con mucho respeto. Pero eso, sea seguramente porque soy española. Porque la educación y los modales tienen huellas y características culturales muy propias a cada país, a cada cultura. Y ese es un punto que no se puede nunca olvidar, nunca nunca. Y es que el bilingüismo está íntimamente relacionado con los orígenes culturales de los hablantes.

Por eso pienso que hablar, siempre, la lengua materna a sus hijos no es ninguna muestra de mala educación. De momento, no hemos tenido problema alguno. Y sé que muchas más familias están en nuestra misma situación. Fue de manera natural que, cuando mi hija estaba en mi vientre, le hablé todo el rato en mi lengua, convirtiéndose así en la suya. Nunca he tenido ningún problema, cualquiera que sea el contexto y las personas presentes. Quizá deba sentirme agradecida por las personas que me rodean, no lo sé, pero tengo la sensación de que todo el mundo ha entendido muy bien nuestra forma de actuar.

¿Cómo lo hacemos para hablar nuestra lengua materna y ser educadas?

Sin muchos esfuerzos, la verdad. Somos naturales. Cuando soy yo la que le hablo a ella, luego añado en francés « acabo de decirle que… » y hago la traducción, mirando a las otras personas. Y eso funciona, así de simple. Imagino que esta es una prueba tangible y sonora (si así lo puedo decir) de nuestros modales y nuestra “buena” educación. Cuando es PrincesaThelma quien se dirige a mí, siempre lo hace en catalán aunque haya francófonos presentes. Lo que suelo hacer es decir en francés “ah sí, ella quiere/dice/hace” o una frase de este tipo mirando siempre a la gente, lo que hace oficio de traducción. Si su padre está presente hay menos problemas aún puesto que nuestra pequeña “traductora” hace todo el trabajo: me habla a mí, me dice lo que quiere y enseguida se dirige a su padre y le dice lo mismo en francés. ¡Y así, todo el mundo lo entiende!

Si actuamos así es porque en el (nuestro) caso de bilingüismo precoz simultáneo siempre hay una (o varias) lenguas minoritarias. Mi lengua materna es una lengua minoritaria en Francia, en nuestro entorno. Es por ello que debo intensificar los esfuerzos y hacer que la adquisición de la(s) lengua(s) se haga de manera natural y alegre.

 ¿Cuáles son vuestras experiencias? ¿Cómo gestionáis este asunto de modales y bilingüismo? ¿Creéis que hay que hablar, obligatoriamente, la lengua común de las personas presentes?
Bilingüismo

Familias trilingües: el Podcast

El viernes por la tarde tuve la oportunidad de participar en una charla muy interesante sobre familias trilingües organizada por Laura Mascaró.

Laura es la creadora de una serie de podcasts que va publicando semana tras semana en su canal de Youtube. Ella es jurista, escritora, formadora y madre unschooler. Es también la autora de TarkusKids.com y DesescolarizaciónInterior.com. Fundadora de la Plataforma por la Libertad Educativa, Consejera para España de la Libertarian International Organization y miembro del Instituto Juan de Mariana. Una madre y profesional muy activa en temas relacionados con la infancia.

Para este episodio, Laura decidió abordar el tema del trilingüismo:

¿Cómo pueden los niños pequeños aprender varios idiomas a la vez y qué podemos hacer para ayudarles?

En la mesa, también participó Arantxa Colom, abogada afincada en Barcelona, madre de dos hijos de padre italiano que, además, están aprendiendo inglés.

Para escuchar integralmente el podcast:

En casi una hora de charla nos dio tiempo a tocar muchos puntos:

¿Cómo manejan los niños los diferentes idiomas?
¿Qué método usamos para «distinguir» las lenguas, la técnica de una lengua una persona (One Person One Language) o no?
⇒ ¿Cuándo hay más gente presente, seguimos hablando nuestra lengua materna a nuestros hijos?
⇒ ¿Los pequeños mezclan los idiomas? Si así es, ¿corregimos o no?
⇒ Diferencias entre adquisición y aprendizaje…
⇒ ¿Quién les enseña a leer y a escribir en esas lenguas maternas que a veces son minoritarias?
⇒ 

¡Y como siempre, no dudéis en compartir vuestras experiencias!

Cuando hablo de bi(tri)lingüismo, siempre me gusta acabar recordando que una lengua es mucho más que una simple herramienta de comunicación, una lengua es un todo: es cultura, es sentimientos, es viajes, es vida... Por que nadie transmitirá mejor que un/a padre/madre la lengua materna a sus hijos y estemos ahí donde estemos, esa transmisión es una riqueza incalculable, un tesoro infinito, el mejor de los legados!

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Para más información sobre los trabajos de Laura Mascaró podéis consultar su Web